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“Me cuesta tanto olvidarte”, de Mecano (1986)

 

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Carla Quirantes López.

 

Suenan los primeros acordes de piano y se escucha la voz de Ana Torroja cantando aquello de “entre el cielo y el suelo hay algo con tendencia a quedarse calvo, de tanto recordar…” ¿Y si el tiempo no lo cura todo? ¿Y si no fuese cierto que con el pasar de los días somos capaces de olvidar?

Al escuchar este tema de Mecano nos transportamos al mundo del recuerdo, ese recuerdo de aquello que pudo ser, pero que nunca fue, recuerdo que sigue presente en nuestra mente, aunque hayan transcurrido muchos años desde que esa persona pasó por nuestra vida.

“Me cuesta tanto olvidarte” es una canción de desamor, en la que el autor nos muestra su manera de afrontar el dolor que está sufriendo. Tiene que adoptar y mostrar dos caras ante la decisión que ha tomado: una, la que enseña a los demás, la que dice que todo está bien, de ahí la metáfora de que “la cara vista es un anuncio de signal”. Y por otro lado, la que llama “la cara oculta”, la que sólo muestra en su intimidad, la que refleja el dolor y la pena que siente al poner fin a la relación, la que refleja la culpabilidad por ser él el responsable de la ruptura, aún sabiendo que le va a ser muy difícil sobreponerse ante tal situación, porque ha puesto sobre la balanza lo bueno y lo malo que había en su vida juntos y ha tomado el camino de la separación. Es una victoria de la razón sobre el corazón, aún siendo consciente de que las heridas tardarán en cicatrizar, si es que algún día verdaderamente cicatrizan, de ahí el lamento repetitivo, “me cuesta tanto olvidarte”. Ya nos hacía esta reflexión Plutarco, nos damos cuenta que estamos enamorados de alguien cuando la echamos de menos.

Si aceptamos que existen dos tipos de personas, en un lado los que piensan y racionalizan todo en su vida y nunca asumen riesgos por amor, yo prefiero estar en el otro bando, los que están dispuestos a arriesgar y apostarlo todo por la persona que ama, sabiendo que la apuesta puede salir bien o mal, que podemos equivocarnos y que todo se desmorone o acertar y vivir el resto de nuestra vida con la persona que amamos.

Los que apostamos por el amor sentimos que estamos vivos, ya que vivimos con la idea de que este amor nos hace sobrevivir, nos hace creer que no estamos solos y por tanto, no aceptamos vivir si no es al lado de nuestra otra mitad, aunque, por culpa de Zeus, nos lleve toda la vida encontrarla…

Carla Quirantes López

curso 2016-2017