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“Y si fuera ella”, de Alejandro Sanz (1997)

 

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Sara Delgado Martín

 

La canción que he escogido, “Y si fuera ella”, de Alejandro Sanz puede tener muchísimas interpretaciones. Pero para mí en esta canción se hace una personificación del indescriptible sentimiento al que llamamos amor, asociándolo a “ella”, para poder hablar cómodamente de como el amor nos altera, nos hace sentir completos, nos perturba, nos lleva a sentir éxtasis de alegría; o, por el contrario, es capaz de desesperarnos y romper todas las barreras que existen en los límites de los sentimientos más profundos.

Así lo podemos ver en la letra de esta canción (“ella me peina el alma y me la enreda“), como el amor es capaz de aportarnos paz e idilio al alma, y como también puede descontrolar nuestra vida de mala manera si este se perdiese y nos abandonase.

Bajo mi punto de vista, está en lo cierto, ya que cuando estás enamorado, a veces no eres capaz de dirigirte a ti mismo y te conduce el amor que sientes. Ni siquiera podría decir que te conduce la persona de la que estás enamorado. Aún así, con alguna que otra pega, no podría definir el amor con palabras, ya que es algo tan mágico que no conseguiré jamás comprenderlo con simples conceptos.

A veces al lado de una persona eres capaz de verlo todo más nítido (“un suspiro en la tormenta“); hace que los problemas sean menos problemas sólo con escuchar de su boca un “todo va a estar bien“; consigue que los pequeños detalles creen enormes recuerdos y que un beso sea capaz de curar viejas heridas del alma.

Y es por esto que mucha gente se pasa la vida buscando este amor, este amor idílico que a todos nos gustaría vivir en algún momento; y que, por supuesto, nunca acabase (“que se marcha y que se queda“). Y no se dan cuenta de que se pasan el tiempo buscando algo que, en mi opinión, debe encontrarte a ti.

Pero para que esto suceda, me gustaría destacar el primer amor que todos deberíamos conocer y sostener en nuestra vida, el amor propio. Sin él, no podremos lograr un amor en pareja, pues hemos nacido para querernos a nosotros mismos, y esto es algo que debemos practicar diariamente y no olvidar jamás. En el momento en que te quieres, y te quieres bien, de una forma sana, los demás comenzarán a hacerlo también. Esto debe ser así porque cada uno debe conocerse a sí mismo  con todas sus virtudes y defectos, para poder ser valorado y estimado por los demás de la forma en que merece y desea.

Dicho esto, dejemos de buscar y empecemos a dejar que nos encuentren, que nos encuentre el amor y nos envuelva ese sentimiento que contiene tanta magia; y seamos capaces de amar y ser amados, pues no hay nada mayor en la vida como el sentir que amas y que eres correspondido.

Sara Delgado Martín

curso 2016-2017