EL OCTAVO Y ÚLTIMO ANUARIO, cursos 2000-2002
P R E S E N T A C I Ó N
Acabo de estrujar entre mis dedos las últimas hojas del almanaque que cuelga sobre mi mesa de estudio y, haciendo con ellas un gurruño, las he encestado en la papelera.
Los dos meses pasados, marzo y abril, como los dos postreros cursos 2000 y 2001 se marcharon “a escape volador” y de ellos solo queda en la memoria un fino limo de trabajos y días, preocupación, desvelos y alegrías, que puedo manejar a mi entero deseo, confirmado así el verso manriqueño de que “cualquier tiempo pasado fue mejor”.
A mí, sin embargo, me gusta mucho más la idea de Unamuno, según la cual cualquier tiempo no fue mejor, aunque para transformarlo en mejor debamos hacer, con nuestra imaginación actualizadora, del pasado presente, alumbrándolo de nuevo, más como poesía que historia, pues la poesía es “canto y cuento; palabra en el tiempo” (Machado).
Ahora se escucha repetir asiduamente que estos no son buenos tiempos para la lírica y, quizás por eso, hemos espaciado la periodicidad de nuestro intento por atrapar los recuerdos que la Comunidad Educativa del I.E.S. Alba Longa ha ido atesorando con su hacer colectivo durante los dos últimos años, pasando así del Anuario al Bi-anuario.
Con la blanda arcilla del recuerdo acumulado en los avatares de estos años, dedicados a nuestra tarea educativa, consistente en hacer de lo malo, bueno y de lo bueno, mejor, en el camino de perfección, según lo denominaba Gregorio de Nisa, hemos ido enlosando nuestra pasada senda, la presente y la que proyectamos hacia el futuro.
Senda enamorada, porque se cimenta en el amor, el único sentimiento que consigue sobrepasar al tiempo saturniano y devorador. Y fruto de ese amor son las páginas que siguen, donde se acumulan las espumas de los días, aquellas que se libraron de irse con el gurruño a la papelera y cuya materia medular se conforma con las luengas albas del Alba Longa.
ALUMNADO curso 2001-2002
Antonio Andino Sánchez
Fuente: ANUARIO 2002.