“Y, sin embargo”, de Joaquín Sabina (1996)
Esta canción nos habla de un amor que el autor siente como totalmente sincero. De hecho, percibe a su pareja como algo indispensable por lo que merece la pena arriesgarse (“que no miento si juro que daría por ti la vida entera”). Sin embargo, este amor es, en realidad, bastante contradictorio, pues aunque reconoce que la vida sin ella sería un despropósito (“porque una casa sin ti es una embajada”), no siente ni se esfuerza por sentir esa lealtad que habitualmente se despierta en todo aquel que está enamorado. Es por ello que Sabina parece no poder resistirse a la tentación de mantener relaciones con otras mujeres (“y sin embargo, un rato cada día, ya ves, te cambiaría por cualquiera”). Desde mi punto de vista, el autor vive en un evidente engaño del que no quiere salir. Si alguien está realmente enamorado de otra persona, no le cuesta serle fiel; es más, lo hace con sumo placer porque sabe que se verá correspondido por la otra persona...
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