Despedida de María Dolores Araque Cuenca
Dedicado a LOLA ARAQUE CUENCA.
Profesora de Latín del I.E.S. ALBA LONGA (1990-2010)
[Discurso fechado el 24-6-2010]
Parece que fue ayer cuando nos encontrábamos en el edificio provisional, dentro del recinto de la Diputación en Armilla, en aquella terraza de la Sala de profesores, por encima del campo de fútbol, rodeada de jardines, contemplando las increíbles vistas de Sierra Nevada: se podía ver desde el Pico del Caballo al Picón de Jerez. Pero han pasado ya 22 cursos. Conocí, por tanto, a Lola en septiembre de 1988, al siguiente curso de que este Centro comenzase su andadura como extensión del IES de Churriana.
El tiempo es complicado de asimilar, porque todavía recuerdo en aquel primer año, cuando Antonio Salinas en un rato de asueto en aquella Sala de Profesores me confesaba, con esa naturalidad del que no tiene nada que decir pero quiere decir algo: “estamos a 25 de enero y dentro de 5 días cobramos otra vez”. Seguramente ahora añadiría: “pero un 7 % menos que el mes pasado”. Digo esto del tiempo porque veo a Lola igual que cuando la vi por primera vez, como si el tiempo no hubiera pasado por ella, creo que debe usar la misma talla que entonces, incluso me pasa conmigo (no lo de la talla, sino lo de asimilar el tiempo), aunque desgraciadamente constato que ahora hago algunas cosas, la verdad es que pocas, con menos intensidad.
Tengo que decir que me cuesta mucho ser objetivo con Lola, porque aparte de ser la inspiradora del nombre del Centro, acudiendo como siempre a sus raíces latinas; aparte de haberme aceptado el encargo de organizar desde sus comienzos la Biblioteca del Centro, que en sus momentos de esplendor llegó a contar con más de 2000 libros, todos catalogados según la clasificación universal, coordinando incluso a becarios en dichas tareas; aparte de haberme proporcionado todos estos años membrillos de su tierra de Jaén para hacer esa jalea espectacularmente olorosa; aparte de haber compartido 22 años de enseñanza con ella, personal y profesionalmente; siempre he contado con su apoyo, yo me atrevería a decir, “incondicional”. Cuando en los años de responsabilidades en tareas de Dirección hacía algunas cosas bien y otras no tanto, siempre sentí su apoyo, y este sin ningún interés por su parte; porque, como sabia clásica, le gusta observar, analizar y polemizar si es necesario, pero nunca como protagonista en primera línea.
Para los que la conocéis menos años que yo, os diré que Lola siempre ha sido así, incómoda para el poder establecido, incluso conmigo, siempre reivindicativa cuando está en desacuerdo con algo. Recuerdo, cuando pasamos al edificio nuevo y había que repartir locales y aulas para los Departamentos, su desacuerdo porque Física y Química tuviera dos laboratorios, en vez de uno, defendiendo su vertiente clásica; y parece que el tiempo, al final, ha coincidido con ella. Ilustrada en leyes y normativas, combativa sin desmayo, con las ideas claras en la Enseñanza ante tanto cambio educativo mutatis mutandis (“cambiando lo que debe ser cambiado”), luchadora por lo clásico, pero también por una Enseñanza innovadora y adaptada a todo lo nuevo, incluidas las nuevas tecnologías (hay una carpeta con su nombre en el servidor de contenidos del Centro), dispuesta a colaborar y aportar su conocimiento para mejorar la vida cotidiana de nuestro Centro, con una gran perspicacia, que le ha permitido siempre ir por delante de los acontecimientos y, sobre todo, en las distancias cortas una profesora muy querida por sus alumnos y una gran compañera: quod tibi non vis, alteri ne feceris, (“lo que no quieras para ti no se lo hagas a otro”).
En el transcurrir de estos años hemos tenido que despedir a muchos compañeros. Algunos nos dejaron definitivamente, como Miguel y Lourdes, pero la mayoría se encuentran felices disfrutando de su tiempo, ese tiempo en el que casi todos los días son sábados y domingos, y al que Lola seguro que reajustará para que también haya algún viernes, y que con todo merecimiento va a comenzar a disfrutar.
Para terminar, y prescindiendo de su trágico final, pero compartiendo con ella, su espíritu indomable, haber sido incomprendida y tratada injustamente a veces, por su valentía, vigor y generosidad, eres y serás la Juana de Arco del IES “Alba Longa”, así que hasta siempre, “Juana de Arco”, hasta siempre, Lola Araque.
José Ángel Gallardo San Salvador.