“El Jardín del Alba”

Sección a cargo del profesor Antonio Fernández Garrido.

Es un honor y una satisfacción para mí inaugurar la sección “El Jardín del Alba” de la publicación Tutábula. Agradezco esta invitación al Equipo Editorial, personalizado en D. Antonio Andino Sánchez, promotor de esta iniciativa junto con los alumnos de Primero de Bachillerato, Alín y Amín.

Quisiera comenzar haciendo un poco de historia sobre las zonas ajardinadas del Centro. Según la información facilitada por D. Jose Ángel Gallardo, primer Director de este Centro en el curso 1990-91, el centro se recepcionó teniendo cuatro parterres [zonas (4) del plano], delante de la entrada principal, que no difieren apenas en la actualidad de lo que fueron inicialmente. La actual zona de álamos blancos, separada del aparcamiento por un seto de aligustre [zona (2) del plano], también existía, así como las hileras de arces [zona (8)], delante de la parte derecha de la fachada principal, y el parterre cuadrado [zona (3)], delimitado por olmos de bola delante de la puerta del Gimnasio.

Posteriormente, a iniciativa del citado Director se plantaron ejemplares de magnolios (Magnolia grandiflora) en los parterres de la entrada y se trajeron de los viveros de la Sierra de Huétor, los cedros (Cedrus atlantica), que actualmente lucen, esbeltos y majestuosos, junto a la valla de la calle San Miguel [zona (5)]. Junto a estos cedros se dispusieron tres pinsapos (Abies pinsapo) de los que desgraciadamente sólo queda uno [zona (9)].

Plano del I.E.S. Alba Longa de Armilla

En el curso 2005-06 el Ayuntamiento decide construir una rotonda al final de la calle San Miguel. Esta actuación supone recortar la correspondiente esquina con la consiguiente pérdida de parte de la zona ajardinada [zona (2)]. Pero lo más grave fue que la casuarina (Casuarina equisetifolia) (Foto-1) quedaba fuera del recinto del Instituto, y corría peligro de ser talada por no contemplarse su permanencia en la rotonda. Desde el Centro se hicieron gestiones ante la Concejalía correspondiente y se logró salvar este ejemplar, quizá el único que hay en el municipio, integrándolo en la rotonda.

Foto – 1 Casuarina equisetifolia

En el curso 2007-08 se realiza una reordenación del aparcamiento, inicialmente formado por las zonas (1) y (7) del plano, reduciéndolo a lo que es en la actualidad. Como consecuencia se libera un gran espacio asfaltado para uso y disfrute de los alumnos que, como es de imaginar, presentaba un aspecto desolador, sin una sola planta, un gran espacio vacío e inhóspito, que transmitía una sensación de paisaje desértico.

Es en el curso 2008-09 cuando se decide impartir el PICP (Proyecto Integrado de Carácter Práctico) de Jardinería. A partir de este momento se inicia un periodo en el que los alumnos reciben enseñanzas básicas de técnicas de jardinería, que incluyen reproducción de plantas (por semillas, esquejes de diversos tipos, acodos, …), tipos de sustratos, ph del suelo, injertos etc. Programa que desarrollaremos en posteriores artículos.

Alumnas del P.I.C.P. en el Laboratorio de CC. NN trasplantando ejemplares de Capsicum

En este punto quiero expresar mi agradecimiento en nombre del Centro al actual alcalde del Ayuntamiento de Armilla, D. Gerardo Sánchez, que también lo era en el curso 2009-10, por la valiosa ayuda que supuso la aportación de una gran cantidad de plantas que nos permitió iniciar el proceso de ajardinamiento de la antigua zona de aparcamiento.

Desde un principio la idea fue diseñar un jardín, aprovechando lo existente, que fuese, en la medida de nuestras posibilidades, “jardín para el disfrute de los sentidos”. Así pues como “jardín de olor” se plantaron especies fragantes como el celindo (Philadelphus coronarius), el níspero japonés (Eriobotrya japonica),… como “jardín de color” se plantaron plantas bulbosas (nazarenos, freesias, lirios, tulipanes, anémonas, etc), como “jardín ornamental por las hojas” teníamos laureles (Laurus nobilis), laurel ornamental (Prunus laurocerasus), adelfas (Nerium oleander)…, como “jardín ornamental por los frutos” ya existían ejemplares de espino de fuego (Pyracantha coccinea) y el mencionado níspero japonés. Como “jardín para el disfrute” se pensó en un jardín con reminiscencias árabes, de ahí el uso de ladrillo en la construcción de alcorques y arriates, arrayanes (Myrtus comunis) formando setos, granado (Punica granatum), etc… Sólo faltaba el estanque y el agua susurrando al correr…

Al mismo tiempo se pretendía que el jardín tuviese la mayor cantidad posible de especies y familias vegetales para aproximarse a un jardín botánico. Poco a poco se han ido introduciendo plantas que enriquezcan la variedad y diversidad de tal tipo de jardín procurando su utilidad, como árboles de sol y sombra. Se trata de árboles de hoja caduca (Nogal –(Juglans regia)-, Almez- (Celtis Australis) – y Catalpa (Catalpa bignonioides)), que en invierno dejan pasar los rayos de sol y hacen que los alumnos se encuentren calentitos, mientras que en verano proyectan sombra que les protege del sol.

Así mismo se pensó en que en este espacio estuvieran representadas especies características del paisaje mediterráneo, como plantas aromáticas: romero (Rosmarinus officinalis), cantueso (Lavandula stoechas), lavanda (Lavandula angustifolia), tomillo (Thymus vulgaris), encinas (Quercus ilex), acebuche (Olea europaea), origen de todos las variedades de olivo actuales, etc.

Otras especies que no se ajustan a los anteriores criterios son: la palmera de abanicos (Washingtonia filifera), el castaño de indias (Aesculus hippocastanum ), el Acer (Acer negundo), etc.