CEREMONIA DE GRADUACIÓN 2013-14
DISCURSO DE GRADUACIÓN del REPRESENTANTE del ALUMNADO
- PROMOCIÓN XXIV del IES “ALBA LONGA”, curso 2013-2014-
pronunciado en el TEATRO DE ARMILLA el 2 de junio de 2014.
Buenas tardes.
Gracias a todos por estar aquí. Representa un verdadero honor para mí tomar la palabra de todos mis compañeros graduados en este día tan especial. Un día que significa el fin de una etapa, pero no la última; en realidad es el principio de nuestro futuro. Una alegría enorme nos llena por haber conseguido una meta personal, pero a la vez mucha expectación ante lo que ocurrirá de ahora en adelante. Hace seis años, unos más, otros menos, empezamos el Instituto creyendo que era un mundo diferente y, por fin, llega la hora de la elección que, aún sin la certeza de que será nuestra verdadera vocación, debemos realizar. Hace unos años, me imaginaba este día y pensaba: “bah, es sólo una Graduación”. Ahora puedo dar fe de que es más que eso. En este momento miro hacia atrás y veo años de esfuerzo y empeño en los que hemos dado lo mejor de nosotros para, al fin, estar donde estamos.
Lo mejor que puedo decir en este momento es: gracias. Gracias a todos mis compañeros por estos años de buenos ratos y de satisfacciones, aunque haya habido malos momentos; pues, si no discutiéramos, no seríamos humanos. Sólo quiero deciros que no va a haber mejores compañeros, mejor dicho, amigos que vosotros. Aunque nuestro camino sufra una segregación, siempre podréis contar conmigo. En serio, os deseo lo mejor para vuestro futuro, y que cumpláis todos los objetivos que os propongáis a lo largo de vuestra vida.
Gracias a todos los profesores que, por mi parte, se han ganado un merecido respeto. No sólo por su enorme implicación con nosotros y su buen trato, tampoco por la gran paciencia que han tenido que tener para aguantarnos; pues entiendo que no es fácil mantener la compostura ante tantos alumnos, algunos más alborotadores que otros, cuando detrás de su profesión, también hay una vida personal, que puede ir mejor o peor en ciertos momentos. Sobre todo, y más importante, gracias por habernos hecho desarrollar una cierta madurez, un umbral de inteligencia para saber desenvolvernos en la calle, en la vida real, donde debemos demostrar realmente nuestras destrezas y allí donde vayamos, sepamos hablar con propiedad reflexionando sobre el tema que se trate; pero, a nivel personal, filosofar acerca de ciertos asuntos para mantenernos siempre firmes y no derrumbarnos con cualquier pequeñez que nos surja.
Sin embargo, a quienes debemos darles las gracias sobre todo es a nuestros padres. Las personas que nos han dado todo cuanto tenemos en nuestra vida, la nuestra propia. Todo ha dependido de ellos. Se han encargado de proporcionarnos una educación y una moral que rige los valores que aplicamos al exterior. Por ello, cuando hablamos o actuamos, somos el reflejo de ellos mismos. Luego esto es lo que hace que se sientan tan orgullosos y, que cuando hablen de nosotros, se les llene la boca de palabras de elogio. Por tanto, esto referido a mis compañeros, os sugiero que los cuidéis y los valoréis como se merecen, pues no habrá personas que os quieran más en vuestras vidas. Serán los únicos que no os fallarán jamás y que siempre estarán ahí para lo bueno y para lo malo.
Así pues, concluyendo mis palabras, gracias a todos por haber hecho de nosotros personas decentes, que con los tiempos que corren, pocas van quedando. En cuanto a mis amigos, espero que tengáis un futuro pleno, no desperdiciéis vuestra vida en malos hábitos, y sepáis llevarla correcta y ordenadamente para poder realizaros al máximo eligiendo la carrera (y esto va por los padres), que más os guste y no la que elijan los demás por vosotros, pues será en lo que trabajéis el día de mañana. A los profesores, también os deseo lo mejor tanto en el ámbito profesional como el personal, y mucha suerte para los posteriores alumnos que os toque aguantar: os habéis portado. Por último, que disfrutéis mucho todos de este día tan especial y de todos los que vengan, pues no será el único, y que esto, en definitiva, no es un “adiós”, sino un “hasta luego”.
Borja Fajardo Conejero