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Crónicas desde el Estadio: Jornada 12

 

 

INSATISFACCIÓN 

24/11/2014: Sexto encuentro de Liga del Granada CF en su estadio. RESULTADO: 0-0

 

 

 

Cuenta Aristóteles en su obra Ética a Nicómaco cómo hacer una vida feliz. Y la sitúa en el ejercicio de la virtud. Esta no es otra cosa que la adquisición de buenos hábitos, basados en la elección de un punto medio imaginario entre las fuerzas temperamentales del espíritu: la Aurea Mediocritas, que tradujo siglos después el poeta romano Horacio, ya como tópico literario, o “Dorada Medianía”, castellanizada en  nuestro también “Siglo de Oro” de las Letras Hispanas.

Resulta interesante cómo el sabio de Estagira atemperaba las energías compulsivas del carácter convirtiendo una pusilánime cobardía o una descerebrada osadía en la conveniente y sensata valentía, perfecta para resolver a diario los retos de la vida procurándonos éxito a la par que felicidad. Canalizar los instintos, las emociones, los sentimientos hacia el lado más estable y que mayor rendimiento positivo nos ofrezca, es la tarea del hábito a través de una disciplina consciente al principio, que se torna automática después: nos saldrá sola, sin esfuerzo, una vez que la hayamos adquirido como forma propia de nuestro carácter.

Parecía la ocasión propicia para obtener un buen resultado. PHOTO: Autor del Artículo.

Parecía la ocasión propicia para obtener un buen resultado. PHOTO: Autor del Artículo.

El fútbol es un buen campo de entrenamiento no sólo físico; también sirve para visualizar nuestro ánimo, nuestros múltiples estados de ánimo como espectadores que empatizan con lo que ocurre en el terreno de juego. La noche del Granada-Almería venía marcada con una inflexión propia, como un examen final de Trimestre: había que rendir cuentas con la afición. Enfrente, un equipo asequible y con menos experiencia en Primera. No sólo por eso teníamos que tener la iniciativa. El encuentro con el Real Líder de la Liga nos había abierto el apetito de hacer gol si el rival (y la suerte del rival) hubiera sido otro. Ahora era la ocasión. Ahora o nunca. Porque detrás quedan por venir para las próximas jornadas el Sevilla y el Valencia, auténticos y despiadados depredadores de la Tabla. Será mucho más difícil entonces sumar puntos. Este sentimiento, que puede denominarse de ansiedad, de responsabilidad, de exigencia o aprieto, siguiendo los parámetros aristotélicos, parecía buen acicate para enfrentarse al partido.

Con la angustia de ganar no se gana. Portada de la Revista Oficial del GCF.

Con la angustia de ganar no se gana. Portada de la Revista Oficial del GCF.

Y así fue en el Primer y pequeña parte del Segundo Tiempo. Los deseos se cumplían. Rochina salía desde el principio y surgían ocasiones, siempre malogradas, pero ocasiones. Hasta el deseo habitual de buena parte del graderío, cuando se comprueba que las fuerzas propias nada pueden contra la inexpugnable defensa del adversario, también fue satisfecho con la expulsión de un jugador almeriense. Bien. ¡Menos atar de pies y manos a un poste de la portería al cancerbero almeriense, lo teníamos casi todo! Sin embargo, a partir de ese momento el conjunto de rayas horizontales rojas y blancas empezó a mostrar de una manera alarmante su impotencia ofensiva, su carencia de ideas y resolución en el área enemiga. Rochina se hizo invisible, como si se escondiera en la banda izquierda del ataque, trabado y atascado siempre por jugadores contrarios. A veces podía observarse tres y hasta cuatro de los nuestros solos en la banda opuesta, donde no estaba el balón ni se le esperaba. Era como un desperdicio de recursos humanos y de espacios verdes que permitía al Almería concentrarse siempre oportunamente donde estaba desarrollándose la jugada.

Murillo retirado por las asistencias. PHOTO: Autor del Artículo.

Murillo retirado por las asistencias. PHOTO: Autor del Artículo.

Luego, como si de una maldición o brujería se tratara, Murillo tuvo que ser retirado por las asistencias, se hicieron todos los cambios y finalmente nuestro nombrado número 23 también cayó lesionado, dejando al equipo de nuevo con los mismos jugadores en el campo frente a frente. La ventaja numérica no había servido para nada, Rochina tampoco y la ansiedad que, filtrada por Aristóteles, tendría los nombres de profesionalidad y concentración responsable, ahora se convertía en fracaso, impotencia e insatisfacción. Mucha insatisfacción. La gente la mostró a todo lo largo y ancho del graderío. Sonaron pitos y gritos de ¡fuera, fuera! contra el entrenador y su incompetente calculadora monotemática de situar las líneas. Caparrós era la diana del enfado general.

Como el famoso tema de los Rolling Stones, “I CAN´T GET (NO SATISFACTION), lanzada primero como single en 1965 y luego publicada ese mismo año en EE.UU. con el álbum Out of Our Heads, el público lo había intentado una y otra vez. Había esperado partido tras partido obtener la satisfacción de ver a su equipo marcar goles. Hasta con uno hubiera bastado. Pero no. Las cosas seguían como en otras jornadas: jugando a no perder a veces se pierde y, cuando se quiere cambiar el chip, la mente ha olvidado cómo se gana y hasta cómo se fabrica un gol de factoría. El Granada rutinariamente suele recurrir a balones bombeados hacia el área desde las bandas o yendo al choque. No entiende de cambios largos de juego que desarmen la defensa rival espacialmente, y no tiene a nadie que desequilibre en el regate uno contra uno (o dos) las filas enemigas. 

En fin, queda por delante lo que no está hecho, lo que queda por hacer. Como muchos de nuestros alumnos comprobarán en la primera Evaluación, el aprendizaje es repetir e insistir en lo que sale bien y buscar e investigar, mediante prueba de acierto/error, otros derroteros nuevos para aquello que nos sale mal. El porvenir, que está cargado siempre de esperanza y deseo de cosas buenas, o de temores y fatalismos negativos, sólo puede decantarse favorable, según el fundador de la escuela peripatética,  desde la disciplina del hábito, la repetición de aquello que consideramos virtud y el rechazo total de todo lo que no funciona. Así se vence a la Fortuna. Así superamos los obstáculos del día a día. Y así también se consigue ganar partidos y satisfacer alguna que otra vez a la afición.

 

Antonio Andino Sánchez