Crónicas desde el Estadio: Jornada 18
¿Podemos abrazarnos?
11/01/2015: Noveno encuentro de Liga del Granada CF en su estadio. RESULTADO: 1-1
Nueva cita con el Granada C. F en su estadio, después de la sonora bronca contra el entrenador en el encuentro de Copa del Rey con el Sevilla. El público esperaba los argumentos de Caparrós y como en la canción BABY, CAN I HOLD YOU?, (“cariño, ¿puedo abrazarte?”) del álbum titulado con su propio nombre, Tracey Chapman (1988), ni “lo siento”, ni “perdón”, ni “os quiero” eran palabras que pudiera el curtido entrenador utilizar verbalmente para convencer a nadie. Sólo cabía abrazarse a la afición con su permiso “diciendo las palabras adecuadas, en el momento adecuado”, o sea, poniendo sobre el césped toda la capacidad futbolística con que cuenta el equipo ahora, en casa, en este decisivo partido contra la Real Sociedad.
Y los argumentos fueron desarrollados cabalmente. Una nueva figura, Lass Bangoura, cedido por el Rayo, brillaba brujuleando por el área contraria, creando toda clase de ocasiones para disfrute de la grada. Al fin, alguien sin complejos, libre de trabas, que lleva peligro cada vez que le cae el balón a los pies, un pasador genial, que imanta a la defensa dejándola escuálida a cada regate. Un “crack” o rompedor de cinturas adversarias. Hacía tiempo que no se disfrutaba tanto con la posesión del balón.
El fenómeno es tan extraño en estos lares granadinos que sus compañeros no llegaban, o tardaban décimas cruciales de segundos en estar a la altura de tamaña capacidad de creación de jugadas de ataque. Con tan poco tiempo jugando juntos, pronto veremos cómo tendrán que graduar la intensidad y corregir la puntería para coordinarse con esta superadquisición de la escuadra albigranate.
Fue un partido bonito, intenso, divertido, entretenido y apasionante. Los goles vinieron rondando los 30 minutos de la Primera y Segunda Parte a balón parado, de penalti. Es cierto que la ejecución de Fran Rico hizo chirriar a más de un marcapasos, pero el balón entró y la sangre volvió a circular como debe.
Caparrós respondió con la respuesta adecuada y en el momento adecuado. Los resultados a veces no se corresponden al trabajo, al esfuerzo, a las ganas y a la voluntad. El ser humano combate contra el azar, la fortuna o su Destino desde siempre y en cada disciplina que se pone. Las armas humanas siempre han sido el buen hacer, esmerarse en el arte de ejecución de los objetivos, porque así se atrae el favor del Hado o de la diosa Fortuna. Por eso al final del partido el público agradeció el empeño, vio que estábamos en el camino, que hay garra, que se pueden atrapar muchos puntos jugando así. Y el empate supo a victoria, a campeones, a quienes le tienen tomada la medida a este deporte tan completo y tan complejo. Sí. Caparrós acertó, como dice la canción, con las palabras adecuadas y en el momento adecuado y, pidiendo permiso preguntó ¿puedo abrazarme con vosotros? Así, como termina el estribillo, la afición será suya, toda suya. Sin ninguna duda.
Antonio Andino Sánchez