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Crónicas desde el Estadio: Jornada 28

 

 

Opresión 

21/03/2015: Decimocuarto encuentro de Liga del Granada CF en su estadio. RESULTADO: 0-0

 

 

La escuadra de hierro del Eibar.

La escuadra de hierro del Eibar.

Los seres humanos intentamos dar explicación a todo. Diseñado nuestro cerebro por pautas regulares y rigurosas, sólo podemos contemplar y comprender la realidad bajo la aplicación de alguna de nuestras unidades de medida: TIEMPO – CAUSA – CONDICIÓN – LUGAR – MODO… Sí, son las mismas ideas que aportan las Oraciones Subordinadas Circunstanciales que llevan su mismo nombre: temporales, causales, condicionales, concesivas, de lugar y modo. El lenguaje y el pensamiento es una misma cosa.  Así es nuestro razonamiento o “logos”, como lo llamaban los griegos. Así atrapamos  en nuestra mente todo lo que ocurre a nuestro alrededor.  Con tales recursos nos convencemos de que capturamos la realidad en toda su dimensión sin que se nos escape ningún detalle.

El cerco a la portería del Eibar fue tan constante como inútil. PHOTO: Autor del Artículo.

El cerco a la portería del Eibar fue tan constante como inútil. PHOTO: Autor del Artículo.

Sin embargo, es difícil explicar la evolución de nuestro equipo, el desarrollo de su juego, de dónde vienen tantas dudas para encarar la portería contraria, a qué se debe que nuestros delanteros les cueste finalizar sus evoluciones por el terreno de juego con el premio del gol, qué condiciones hacen falta, dónde está el error y cómo hay que hacer cumplidamente y bien lo que ahora no se está haciendo o se hace mal.

PORTADA de la Revista Oficial del GCF.

PORTADA de la Revista Oficial del GCF.

Son preguntas que intentan dar cobertura a un fenómeno cuya solución se nos escapa. El Granada C.F. hace todo lo que puede, pero no le sale nada de nada. ¿Porque no puede por sí solo o porque se lo impiden los adversarios?

Esta vez teníamos enfrente un equipo que llevaba perdiendo las últimas 9 jornadas, sólo había que empujarlo a que sumara una más. Pero no. El Eibar, con un escudo rudo, agreste, básico, incomparablemente más basto y mucho menos histórico que el nuestro, presentó y ganó la batalla (para ellos el empate era una victoria) simplemente bloqueando el balón y su salida del centro del campo hacia sus dominios.

 Parecían de la misma escuela donde se curtió Caparrós: un 4-4-2 impecable e implacable, que asfixiaba una y otra vez los esfuerzos en ataque de la escuadra albigranate. 

Oportunidad fallida de John Córdoba en la Segunda Parte. PHOTO: Autor del Artículo.

Oportunidad fallida de John Córdoba en la Segunda Parte. PHOTO: Autor del Artículo.

El mejicano John Córdoba recibía siempre el pase de espaldas a la portería y siempre se hacía previsible, siempre era taponado y anulado por su marcador. Lass jugó una primera parte repartiendo las ocasiones solo, sin que nadie le pasara el balón, o perdiéndolo cada vez que le llegaba e intentaba un regate. No le salía nada y sus chispas habituales de velocidad eran cortocircuitadas al instante por la defensa vasca. En la Segunda Parte, cuando parecía que ya parecía que empezaba a calentar la llama de su juego, Abel Resinos lo sustituyó.  Rochina, que salió en la Segunda Parte, fue una sombra de aquel Rochina que encandilaba y daba titulares de “Entre los Mejores” a sus acciones ofensivas, cuando empezó la Liga. Una sombra o un fantasma, que no era capaz de solidificar su esfuerzo ni en jugada personal ni en tiros a puerta.

Conforme pasaba el partido daba la sensación de que teníamos enfrente un equipo visitante de hierro, seco, áspero pero efectivo en desbaratar el juego al conjunto local, un equipo de Altos Hornos, de acero fundido, intransigente como una bola de demolición.

Por arriba no había nada que hacer, por abajo irrumpían cortando los tímidos pases de los jugadores granadinos. No existía el cambio de juego, el balón largo que pudiera sorprender al contrario por la espalda. No es, desde luego, marca de la casa. Sólo el camerunés Nyom sorprendía con una osadía que no le atribuían de principio ni siquiera los visitantes. Llegó a regatear dentro del área y contar con una posibilidad de disparo a la que se le notaba falta entrenamiento y de fe.

Tenaza del Eibar sobre el centro del campo durante la Primera Parte. PHOTO: Autor del Artículo.

Tenaza del Eibar sobre el centro del campo durante la Primera Parte. PHOTO: Autor del Artículo.

Hay un tema de Sting, publicado cuando formaba parte de The Police, Every Breath You Take, del álbum Synchronicity, lanzado en el año 1983, cuya letra resume el estado de  parálisis cerebral u organizativo al que el Eibar sometió al Granada. Tiene un texto que, aunque en los primeros compases puede parecer típico de una canción romántica, se muestra en realidad como un relato siniestro, que disgusta por su carga machista, y que al día de hoy, 33 años después, suena atroz que haya encandilado a tanta gente camuflado y envuelto por una especie de perversa belleza musical. Habla de un hombre controlador y celoso que está observando “cada respiración que tomas, cada movimiento que haces, cada paso que das” y proclama en el estribillo “¿No puedes ver que tú me perteneces?”. Desvela un texto tóxico, insalubre y repulsivo a la hora de entender como ha de ser la relación de pareja.

Pues esa es la melodía que hizo el Eibar contra el Granada. Lo controló, lo paralizó, se hizo el amo de todos sus movimientos en el campo, con un despliegue de juego siempre opresivo y asfixiante. Incluso mostró su instinto de pocos amigos en un balón alto al larguero despejado por nuestro Oier con una profesionalidad exquisita, de portero de alto standing. En definitiva, fue una experiencia ingrata.

Todas los intentos  infructuosos del Granada morían en el área del Eibar sin lograr su propósito de marcar gol. PHOTO: Autor del Artículo.

Todas los intentos infructuosos del Granada morían en el área del Eibar sin lograr su propósito de marcar gol. PHOTO: Autor del Artículo.

La sensación con la que abandonamos el Estadio Nuevo Los Cármenes fue de desasosiego. Dábamos vueltas a las jornadas que han pasado y que no se avanza. Se agota el tiempo y no se suman puntos. En la filosofía del fútbol reciente el partido a partido, aventado a los medios por Simeone, es el modo de quitar presión y poner toda la concentración en el presente, sin ir más allá ni más acá de los 90 minutos que se disputan. Habrá que tomar una medida así en la preparación de los 10 últimos desafíos que restan, no como una final, sino como un principio de que las cosas pueden enderezarse, afrontando el reto inmediato sin especular ni con lo pasado ni con el futuro. Eso, y practicar mucho, ensayar mil maneras de darle la vuelta a quien te tiene preso en su juego. Y tirar mucho a puerta, desde todas partes. Todo trabajo que se haga durante la semana y el parón deportivo que se avecina, la afición se lo merece. Porque allí estaremos otra vez en el campo animando los colores de nuestro equipo.

Antonio Andino Sánchez