Twitter
Menu

Hortelano de logaritmos y sueños

 

 

 

Dedicado a  ANTONIO FERNÁNDEZ GARRIDO.

Profesor de Matemáticas del I.E.S. ALBA LONGA (2000-2015)

Antonio Fernández Garrido.

Antonio Fernández Garrido.

 

El tiempo es número, decía Aristóteles; y hace ya algún tiempo, o lo que es lo mismo, hace ya quince años… ¡toda una vida!,  apareció Antonio Fernández, desde sus mística Almería, por el “Alba Longa”. Tiempo de logaritmos y ecuaciones, tiempo en que nuestro compañero ha bregado a porfía enseñando a sus alumnos el ritmo oculto de la vida en su más perfecta manifestación, en el lenguaje de los números, abstraídos de los rincones de la Naturaleza, donde diseñan la belleza en escalas de armonía y proporción, sinfonía cósmica y medida áurea, tan abstractos, tan exactos, tan áridos a veces, sobre todo cuando no se dispone de un profesor como Antonio para que te los haga entender con tanto deleite y facilidad.

 2008-2009 picp (PROYECTO INTEGRADO DE JARDINERIA ( BY ant FNDEZ)

"Nuestro compañero ha bregado a porfía enseñando a sus alumnos el ritmo oculto de la vida en su más perfecta manifestación, en el lenguaje de los números."

“Nuestro compañero ha bregado a porfía enseñando a sus alumnos el ritmo oculto de la vida en su más perfecta manifestación, en el lenguaje de los números.”

Junto a ese tiempo, el otro, el del más ansiado deseo, el del agricultor, aquel que gusta de observar la naturaleza por él intervenida, mimada y ordenada en huertos de jardines ensoñados y, poco a poco, materializados. Así fue en Agua Dulce, según nos contaba, y así aquí, en Granada.  Tal es su fascinación, su admiración y su amor por el misterio de la vida y por la hermosura  derramada sobre los lomos de la Madre Tierra por el hortelano humano en conjunción con el misterio del movimiento cósmico, que deseando compartir los saberes por él adquiridos con el tiempo y la experiencia, los plasmó, en práctico aprendizaje, más allá de números y signos abstractos, entre tiestos de plástico y herramientas de jardinería, en un  aula humedecida por el hálito vegetal de los planteles, que, una vez trasplantados a los arriates de los patios por sus alumnos, incipientes jardineros, adornan y dan vida al Centro, engalanando el marco cotidiano de nuestros sentidos con la sin par belleza de fresas encendidas y celindas de suave aroma, tempranos narcisos, rosales de convento, claveles pasionales y todo el aliento de la naturaleza cultivada, que nos solazan la vista y  alegra los corazones, haciendo más llevadero el tiempo de trabajo entre los ribetes de Edén que le enmarcan.

3ºE 2002

Curso 2001-2002

 

Y, ahora…, ya otro tiempo; también numérico, pero plenamente abierto a los sueños, a los valles y a las alamedas,  a las hazas de patatas, a las almácigas de tomates, a los rimeros de pimientos, a las berenjenas corazón de cabrito, a los higos zafaríes, a las malvas locas  y a la alegría de poder ver cómo amanece entre el oloroso verdor de las acelgas y patatas y cómo cambian los tonos de luz a cada momento del día en  sinfonía de trabajo gustoso, casi sin tiempo; pues en estos éxtasis pasará el hortelano ya maduro su aplicada y provechosa vida, sin alumnos, enseñándose solo a sí mismo sus arcanos saberes contemplativos. ¡Si vieras cómo revientan en estos primeros días del verano los capullos de tus malvas, tan silenciosas como la Cartuja de Valldemosa, donde nacieron, y engalanan con el regusto melancólico del romántico Chopin las paredes en el jardín de mi  apartado retiro! 

Comida de Despedida. Antonio Fernández, Reyes Sampedro (Historia), José Ángel Gallardo (Matemáticas) y  Manuel Caballero (Matemáticas).

Comida de Despedida. Antonio Fernández, Reyes Sampedro (Historia), José Ángel Gallardo (Matemáticas) y Manuel Caballero (Matemáticas).

 

Ma Dai, letrado y poeta del siglo IX en la China de la gloriosa dinastía Tang te dejó escrito este consejo que, como regalo para tu disfrute en el jubiloso pabellón de la jubilación, te traslado:

El sabio campesino

En sus ratos libres, el campesino planta árboles,

árboles que envejecen antes que el campesino.

Su casa está allá arriba, entre las nubes blancas,

siembra y coge frutos a orillas del río

y bebe agua en los manantiales más puros.

Él mismo ha establecido sus reglas de vida,

sin preocupaciones para el resto de sus días.

 

José Antonio González Núñez.