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Apología “mentirosa” de la guerra

 

Igual que el filósofo y director de la Academia, fundada por Platón, Carnéades (214 – 129 a C.), que durante una embajada a Roma, pronunció un discurso demostrando la existencia de la justicia, para acto seguido pronunciar otro negando su existencia, aquí vuestro compañero es capaz de presentarnos argumentos paradójicos a favor de la guerra y en detrimento de la paz, demostrándonos lo fácil que es la combinación y manejo de palabras y conceptos, y por consiguiente, lo fácilmente manipulable que puede ser la gente si no somos conscientes (como hemos aprendido en clase de 1º Bachillerato, cuando tratamos la LÓGICA INFORMAL y el DIÁLOGO ARGUMENTATIVO) de que todo diagnóstico de la realidad se monta o desmonta en la mente de las personas; no en el exterior, objetivamente, sino en su interior, subjetivamente. Así más o menos lo entendieron los sofistas del siglo V a. C., Protágoras y Gorgias, impulsor el primero del relativismo, y el segundo del escepticismo, porque todo depende del punto de vista que adoptemos o porque la capacidad para el conocimiento completo de las cosas es imposible en el ser humano, debido a que “nos olvidamos fácilmente del pasado, desconocemos el futuro y no examinamos bien el vacilante y dubitativo presente”; lo que nos hace propensos a ser traídos y llevados (como lo fuera Helena de Troya en el célebre discurso de Gorgias) por nuestras opiniones o por las de otros, detrás de las cuales se esconden siempre intereses egoístas propios o ajenos, las más de las veces opuestos a la verdad.

 

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Encuestas recientes han demostrado[i] que la industria del videojuego está en alza y viviendo sus días de gloria. Es cierto que[ii] ello engloba infinidad de géneros y que hay miles y miles de videojuegos, pero ¿qué nos llama más la atención, un simulador de repostería y dulces que, por muy bien que los horneemos, nunca paladearemos; o un juego espectacular y con buenos gráficos, donde se prueben nuestras capacidades innatas de “liderazgo” y “supervivencia”?[iii]

Es así, y los diseñadores gráficos lo saben: el instinto del hombre es violento por naturaleza y por ramificaciones evolutivas.[iv] Pues no fui yo, sino Darwin[v], quien averiguó nuestra ascendencia animal. Dominar, sentirnos superiores, sonreír al enemigo cuando nuestra victoria está cerca, ¿no son acaso sensaciones sublimes y que, sólo con imaginarnos la escena, se nos aceleran los latidos del corazón y se nos esboza una sonrisa?[vi] Si son tantos millones los usuarios que disfrutan de ello virtualmente,[vii] ¿cuánto no disfrutarían en la realidad?[viii] La guerra no son sino batallas de inteligencia, de estrategia, de valor[ix], rasgos de los cuales mis lectores son orgullosos poseedores[x], y por tal motivo destacarían en el mundo bélico.

4918_2La guerra existe porque el hombre ha diseñado las armas para que hagan de él un espécimen superior[xi]. Y a todos aquellos que se atrevan a contradecir esto les preguntaré: ¿si no tuviéramos las armas, no seguiríamos temiendo a las fieras salvajes?[xii] Ustedes también se defenderían. ¿Creen que al nazismo se le venció por la palabra, o hizo falta una guerra para demostrar nuestra superioridad?[xiii] Hitler estuvo al frente de su país seis años antes de iniciar una guerra que lo derrotó, y durante ese tiempo nadie le paró los pies; pues hicieron falta las balas para vencerle. [xiv] Todos hemos estudiado[xv] que la guerra provocó grandes adelantos para los derechos de la mujer, pues demostraron una tenacidad y un coraje que no habrían sacado a la luz de no ser porque sus maridos o sus hijos batallaron en el frente.[xvi]

Las guerras, según dicen los pacifistas[xvii], implican muerte; pero una muerte que supondrá una mejora de vida en todas las futuras generaciones[xviii]; es nuestro deber defendernos de quien puede representar un verdadero peligro para nosotros. [xix] Es, a fin de cuentas, un beneficio para todos. ¿Preferiríamos no haber derrotado a Hitler? [xx]

 

Alberto González Ramírez

curso 2015-2016

 

[i] Herramientas del diálogo argumentativo: términos aseguradores. Sirven para apoyar los argumentos del hablante evitando bajo apariencia objetiva que se contradiga lo que dice a continuación.

[ii] Herramientas del diálogo argumentativo: términos protectores. Sirven para “proteger” el argumento propio admitiendo otros diferentes que no impiden el que se propone.

[iii] Herramientas del diálogo argumentativo: términos sesgados. Sirven para poner a favor o en contra la disposición del interlocutor realzando las connotaciones positivas o negativas que tienen ciertas palabras.

[iv] Herramientas del diálogo argumentativo: definición persuasiva. Sirve para centrar la perspectiva desde la que el hablante quiere que se vea el asunto que trata.

[v] Falacia: argumento ad auctoritatem. Cierra toda posibilidad de rebatir el argumento apelando a una autoridad (persona, Institución o cualquier soporte digno de crédito) que merece toda credibilidad, sin discusión.

[vi] Falacia: preguntas complejas. Se asocian varias ideas en una misma pregunta, de modo que confunda el sentido de la respuesta al interlocutor. En el texto se pregunta por sensaciones y gestos, dando por hecho ideas permisivas y favorables a la agresividad, a la dominación, a la violencia.

[vii] Falacia: argumento ex populo. Para reforzar la credibilidad de lo que dice el hablante, este alude a que son mayoría los que piensan como él, como si la verdad solo necesitase para ser verdad que muchos la apoyen nada más.

[viii] Falacia: argumento de la pendiente resbaladiza. Supone un salto argumentativo, haciendo derivar una idea de otra hasta alejarla de su sentido real o auténtico, falseándola.

[ix] Herramientas del diálogo argumentativo: definición persuasiva.

[x] Falacia: argumento ad populum. El hablante halaga o piropea a su público interlocutor para tenerlos predispuestos favorablemente a su discurso y lo crean con gusto.

[xi] Falacia: argumento post hoc propter hoc. Se cambia una relación temporal, algo que ha ocurrido en un antes y después, con una relación causal, algo que ha ocurrido como causa-efecto. La guerra trajo el uso de las armas de ataque y defensa y estas, con el tiempo, la victoria de unos sobre otros. El hablante lo asocia como causa-efecto. Una cosa ocasionó la otra. La guerra, pues, según dice, es la causante de la sensación agradable de victoria de unos sobre otros. Nótese el término sesgado de “espécimen superior”.

[xii] Falacia: argumento ad baculum. Es una amenaza o alusión a una situación negativa si no se sigue y acepta el planteamiento del hablante.

[xiii] Falacia: argumento ad baculum.

[xiv] Falacia: argumento ad baculum.

[xv] Herramientas del diálogo argumentativo: términos aseguradores. Sirven para apoyar los argumentos del hablante evitando bajo apariencia objetiva que se contradiga lo que dice a continuación.

[xvi] Falacia: argumento post hoc propter hoc.

[xvii] Herramientas del diálogo argumentativo: términos protectores.

[xviii] Falacia: argumento de la pendiente resbaladiza.

[xix] Herramientas del diálogo argumentativo: definición persuasiva.

[xx] Falacia: preguntas complejas.