SER TOLERANTES, por Irene García López.
No importa el tema del que se trate: siempre encontraremos muy diversas posturas que, con absoluta certeza, nada tendrán que ver con nuestra propia visión del mundo.
Esto es fundamental dejarlo claro desde el principio, entenderlo es la base de todo debate o discusión que podamos tener con alguien ajeno a nosotros. Y es que somos muchos y, aunque compartimos un mismo mundo, cada uno de nosotros vive el suyo propio, cada uno concibe su entorno de una forma distinta. Vemos un mismo lugar y unos mismos hechos, pero los contemplamos con diferentes ojos, y es del todo inevitable diferir en nuestras concepciones.
Esto deriva directamente en el hecho de que hay, por tanto, muchas verdades, tantas perspectivas como sujetos, y nunca, repito, nunca tendrás el poder suficiente para asegurar e imponer la tuya, devaluando todas las demás. La convivencia depende de que entendamos esto de la tolerancia, idea que pretendo que sea el resumen y la conclusión de todo el texto.
Ahora podemos centrarnos en uno de los muchos temas polémicos por la diversidad de opiniones que genera y ha generado siempre, siendo especialmente destacable por las luchas y atrocidades que, en sus radicales extremos, ha conllevado: la religión, concretamente el catolicismo.
Podría detenerme a expresar de manera profunda y detallada mi opinión personal con respecto al tema, pero, si he entendido bien, no es de eso de lo que se trata, no es el objetivo intentar convencer de mi postura derrocando las demás sino, al contrario, intentar mostrar cómo lo verdaderamente importante, aquello en lo que reside nuestra humanidad, es el aprender a tolerar todos esos mundos y perspectivas de quienes nos rodean.
Por supuesto, siempre se me escuchará decir que debes defender tus ideales, que tienes que apoyarte y continuar en todo momento siguiendo unas ideas propias y nunca robadas o dirigidas por nadie más. Lo importante y lo que defiendo fuertemente, es que teniendo muy clara y firme tu postura, tienes siempre que ser consciente de que no es la única, de que es la que hace que te muevas tú, pero no necesariamente la que conduce a los demás. La base de toda relación, no importa de qué tipo sea, es el respeto mutuo, el fusionar dos de esos mundos y no pretender una brutal invasión del uno sobre el otro.
En clase se ha demostrado cómo un mismo hecho puede verse de formas tan diferentes. En Jesus Christ Superstar, veíamos el por qué tanta gente es fiel a la religión católica, entendiendo qué supuso, en un principio y en una época miserables, un brote de esperanza al que aferrarse, una rama a la que agarrarse justo cuando los más desfavorecidos creían caer. Se nos reveló la sensibilidad, solidaridad y comprensión que surgen del cristianismo. Pero luego vimos Ágora.
Ágora supo sacar la más absoluta crueldad y el indudable rechazo hacia el cristianismo, mostrándolo ahora desde unos ojos totalmente distintos a los primeros. Sin ninguna duda y por si aún era difícil creer que un mismo mundo se puede vivir de muchas formas, ambas y opuestas películas reflejan de forma nítida y transparente la enorme diversidad que nos podemos encontrar.
Vuelvo a decir que lo fundamental en todos los aspectos de la vida es la tolerancia, el respeto. De hecho, el conocer algo más que sólo lo incluido en tu pequeño círculo, saber manejar y ser capaces de controlar la realidad, es decir, la unión pacífica de todos esos mundos, es lo que te dará realmente la capacidad de poder evaluar, te presentará una gran cantidad de opciones y posibilidades entre las que elegir, sabiéndote conocedor de mucho más y sin limitar tu actuación a una única. Esto último es para mí el radicalismo, que creo que en ningún caso tiene buenas consecuencias. Da igual cuál sea ese único pensamiento que se defiende, pero si lo que provoca es un rechazo y una ceguera ante los demás, sin duda conducirá a un desastroso final.
Por ello mis concisas conclusiones, y las que quiero por encima de todo resaltar, se resumen en dos citas:
“Los extremos serán siempre dañinos pues son un muro que oculta la característica diversidad del mundo.”
“Vive, con tus ideales, y deja vivir al resto con los suyos; eso es la tolerancia, en ella reside nuestra humanidad.”
Irene García López
curso 2016-2017