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Dpto. Lenguas Clásicas: Viaje Cultural a Grecia.

 

¿Qué cómo ha sido mi experiencia en Grecia? Creo que no tengo palabras para describirla. Ha sido uno de esos recuerdos que nunca vas a olvidar. Por todo. Por lo que has visto, por con quienes lo has compartido, por lo que te ha hecho sentir.

El primer día estaba muy nerviosa. Llevaba esperando ese viaje casi 10 años, y durante todo ese tiempo me he imaginado un millón de veces cómo sería: cómo sería pisar por primera vez Atenas, cómo sería ver por primera vez el Partenón, la gente, la comida, los olores que impregnan las calles…

Pero, como se suele decir, “la realidad supera con creces la ficción.” Y así fue. No puedes imaginártelo hasta que lo vives. 

Recuerdo mi primera impresión cuando salimos del metro hacia el exterior. Estábamos en Monastiraki y teníamos, a la izquierda, la plaza llena de puestos de comida y souvenirs y, a la derecha, la Acrópolis.

Creo que es una de esas vistas que por mucho que las veas no te cansas y te quedarías ahí años, contemplándolas.

En total estuvimos seis días, en los que visitamos toda Atenas y Micenas. Lo que más me impresionó fue la Acrópolis, sin lugar a dudas.

Cuando la ves de lejos observas la belleza que emana de ella, pero esa sensación que te recorre el cuerpo cuando estás atravesando los Propileos es indescriptible. Te faltan ojos para mirarlo todo, porque quieres empaparte de todo lo que tienes a tu alrededor.

Inconscientemente, mi vista se dirigió al Partenón. Te sientes tan pequeña cuando te acercas a él… En ese momento agradecí a mi profesora de Historia del Arte, a mi profesora de Griego y a mi profesor de Filosofía, toda la caña que nos dieron cuando estudiamos la época clásica y sus filósofos, porque es en ese momento donde todo lo que has estudiado y aprendido cobra sentido.

Me emocioné, y no sólo por su belleza estética sino por lo que ese lugar significaba, por lo que trasmitía: miles de años de cultura, de pensamiento… 

Además, y creo que hablo en nombre de todos, te quedas impresionada y te preguntas: “¿Cómo pudieron construir esto hace más de 2000 años, con tal perfección y preciosismo, y que aún siga en pie?”.

Otro de los lugares que más me gustaron fue el Museo de la Acrópolis, ya que, al ser un museo construido a medida para las piezas que alberga, todas ellas se podían apreciar en su plenitud y no era nada agobiante.

Y, por supuesto, el Estadio Olímpico, que es el único construido completamente en mármol blanco.

Recuerdo también otra experiencia agridulce. El Monte Licabeto. Por un lado, subir allí nos costó la vida y media porque había casi 1000 escalones, pero, por otro lado, mereció completamente la pena. Vimos el atardecer desde casi 300 metros de altura, y pudimos contemplar toda Atenas iluminada por el sol, la luna y las luces de la propia ciudad.

No podemos obviar la comida. Yo me fui de Atenas probando todos los platos típicos, desde los gyros hasta los gemistá. Y aún no sé cual me gusta más. Se nota que Grecia es un país mediterráneo, sobre todo por lo frescas que están sus frutas y verduras, como lo saludables y ricos que están sus platos. Y ya su postre, la Baklavá, sin palabras…

Las profesoras María Mercedes Osorio Blanco (Lenguas Clásicas) y María José Cevidanes Lara (Geografía e Historia).

Sin embargo,  a pesar de todo, nada hubiera sido lo mismo sin los compañeros y profesores que han compartido conmigo esta increíble experiencia.


Juntos nos hemos reído en las habitaciones del hotel, saliendo y entrando, en las excursiones, durante las comidas, incluso nos hemos enfadado al gastarnos bromas o discutiendo qué camino tomar cuando nos perdíamos.

Por eso y por todo, recomiendo muchísimo un viaje a Grecia, un lugar lleno de personas maravillosas, un clima fantástico, lugares con encanto propio y una comida para chuparse los dedos.  

Mural expuesto en el Vestíbulo del IES ALba Longa con motivo del Viaje a Grecia, curso 2017-2018.


Por lo que, finalmente, me gustaría agradecerle todo a esas personas que lo han hecho posible.

Noelia Carbelo Castillo

curso 2017-2018