GRADUACIÓN 4ºESO (2018/19)
GRADUACIÓN 4º ESO (2018-2019)
Desde que entramos por la puerta del instituto por primera vez hace 4 años nunca hemos perdido la ilusión por seguir superándonos día a día y de intentar dar lo mejor de nosotros mismos. Algunos habremos llegado hasta el día de hoy siendo personas diferentes a lo que éramos en el pasado. Las experiencias que nos han hecho cambiar nos han marcado a algunos para esta estresante etapa, pero a otros nos han marcado de por vida.
Nos han dado la oportunidad de poder celebrar lo que significa un gran cambio para nosotros, una nueva estación a la que llegamos y un tren que debemos coger. Puede que para algunos no sea el mismo. Puede que tengamos que separarnos para tomar otros caminos. Pero nada de eso podrá hacer que olvidemos todas nuestras vivencias, todos esos momentos, algunos mejores que otros, que hemos compartido con nuestros compañeros, con nuestros amigos y sobre todo con nuestros profesores. Pese a todo lo que hemos sufrido, pese al tener que habernos alejado de algunas personas que tanto apreciábamos durante el trayecto, muchos hemos seguido con la cabeza fría y hemos continuado adelante.
Antes de llegar hasta este punto, todos debemos tener en cuenta desde dónde partimos, si realmente debemos seguir los mismos pasos o, al contrario, debemos ponernos otros zapatos para dominar el terreno escarpado que nos disponemos a pisar. Con la ayuda de nuestros familiares, de amistades que hemos hecho y que seguimos haciendo cada día, de nuestros profesores y sobre todo gracias a nuestra voluntad hemos conseguido llegar a la línea de salida. Unos lo han logrado en una posición más adelantada que otros, pero eso no va a impedir que podamos alcanzar la meta en buena posición, una meta con la que muchos hemos soñado y que estamos seguros que pondrá un punto y aparte en nuestra vida para dar paso a todo aquello que, como recompensa por nuestro esfuerzo, merecemos vivir.
Discurso del profesor:
Estimados padres y madres, estimados alumnos y alumnas, estimado profesorado.
Quiero empezar este breve discurso con una obviedad, una idea que me asalta al preparar este discurso. Sólo se tienen 16 años una vez en la vida. Es obvio, cierto, pero muchas veces el transcurrir de los días y los años hace que no nos fijemos en esas pequeñas cosas.
Siempre he oído decir por parte de otros profesores y también lo repito yo mismo, que yo cumplo cada curso que pasa y los chicos siempre tienen la misma edad. Luego, pasará un tiempo, y nos volveremos a encontrar en Bachillerato, y dentro de muchísimos años más nos encontraremos fuera de Instituto, os preguntaremos que habéis estudiado, en qué trabajáis, cómo os ha tratado la vida. Entonces todos retrocederemos en el tiempo y nos acordaremos de este curso 2018 – 2019 donde os graduasteis, y donde tuvisteis una vez, 16 años.
Como no os puedo pedir que conservéis esa edad, os doy un pequeño consejo:
Conservad el recuerdo de este curso.
Muchos habréis tenido un año excelente, habréis vivido experiencias maravillosas y gratificantes; en lo personal, en lo deportivo, en lo académico… Otros tal vez, hayáis tenido experiencias tristes o desafortunadas, y otros, seguramente la mayoría, habréis pasado el transcurrir de los días centrados en lo cotidiano, en los amigos, en los estudios, en la familia.
Pues repito mi consejo: atesorad ese bagaje como un tesoro, lo bueno y lo malo, cargad vuestra mochila personal con los momentos vividos en este curso pensad en ellos, porque una parte de lo que sois y lo que seréis en el futuro se ha forjado en este año.
También acordaos de los compañeros. Muchos de vosotros sois amigos, amigos de verdad, amigos con los que uno comparte muchas cosas. Otros os veis como simplemente compañeros de clase. Ya veréis como en cierto modo, y salvo contadas excepciones (que siempre las hay), guardaréis un grato recuerdo unos de otros, y cuando se os pase por la cabeza anécdotas de este curso os reiréis de vuestras cosas.
Recordad esto también: no sois una promoción solamente; sois una generación. Muchos habéis empezado desde muy pequeños en el colegio a estar juntos, otros os conocisteis en las primeras etapas de la ESO, y otros en este año.
Compartís formas de vestir, de hablar, de comunicaros, de expresaros, de sentir… Os aseguro, (eso siempre pasa) que os veréis a vosotros mismos como una forma de ver el mundo que existía cuando teníais esa edad y la compararéis con la de los chavales de un futuro.
Quiero deciros algo muy personal, y no sé si queda bien en un discurso. Tal vez, y entre las múltiples razones por la que quise ser profesor, una de las más importantes estar siempre en contacto con un aula. De hecho, nunca he salido de ella. Para mí el aula es un ecosistema propio del mundo. Desde el colegio al instituto, pasando por la Universidad y ahora como docente nunca salí de un aula.
Y además de las clases, de las explicaciones, los exámenes, las excursiones… una de las cosas que más le dan sentido a la profesión que ejerzo yo y otros compañeros y compañeras míos es asistir a momentos como este. Donde también nosotros hacemos balance de lo vivido y experimentado y volvemos a tener gente de 16 años en nuestras manos con toda la vida por delante y con toda la energía del mundo.
Cuando uno está en contacto con chavales de vuestra edad uno se aprovecha de la energía que desprendéis y de la energía que tenéis. ¡De hecho nos hace falta esa energía para teneros controlados y no os desmadréis!
A lo mejor también me hice profesor para poder tener siempre esa energía.
Muchos, como dije antes, nos veremos pronto, en el Bachillerato, por ejemplo. Otros estudiaréis Formación Profesional… Os voy a decir un secreto que guardo bien: cuando nos veamos dentro de muchos años, os reconoceré y me acordaré exactamente de cómo erais ahora. Es una de las experiencias más bonitas que puede tener un profesor, sobre todo si vosotros os acordáis de mí también.
Por tanto, hoy no celebramos que habéis acabado un curso de 4º ESO, o que sois la promoción de secundaria de este año. Hoy celebramos el año que hemos pasado juntos y toda la fuerza que tenéis con esta edad, de lo mucho que os queda por recorrer y lo abierta que aún es la vida para vosotros.
Por tanto, culmino este pequeño discurso con un hasta luego, con un gran abrazo, esperando que nos volvamos a encontrar y que todos nos acordemos de todos y justo en ese momento nos venga, inmediatamente, una sonrisa.
Felicidades y mucha suerte en la vida.
DISCURSO DEL REPRESENTANTE DEL ALUMNADO:
Buenas tardes a todos. Lo primero mencionar que es para mí un verdadero placer dar el discurso de graduación en nombre de los compañeros y amigos graduados hoy aquí.
Este acto marca el fin de una etapa, cerramos esta puerta para encontrarnos con otra. La cual no será la misma para todos, algunos de nuestros compañeros abandonaran este centro para hacer grados, otros cursarán bachiller en este instituto o en otro, o incluso tal vez sus caminos los lleven a abandonar los estudios y dedicarse a trabajar. Quién sabe.
Durante estos cuatro años hemos acumulado experiencias, momentos, recuerdos, en cada lugar de nuestra escuela, en sus clases, en sus aulas, en los pasillos, o en la cafetería, y la verdad que todos ellos nos acompañaran para siempre. Quién no recordara el primer día de clase con la espera de conocer a los nuevos compañeros y profesores.
Cada uno de nosotros ha dejado su propia marca, ya sea por una presentación en una clase, por una respuesta que dio a una pregunta de un profesor, por esa nota que saco en una asignatura, o lo más importante, la huella que nos hemos dejado los unos a los otros, simplemente por el hecho de habernos conocido, y como el hecho de conocer a unas personas en unos pocos meses o años, te hace que no las olvides nunca y que siempre las lleves contigo.
Y por supuesto no me quiero olvidar en este acto, de aquellas personas que nos han ayudado tanto en este camino, personas que han contribuido a que esta etapa haya sido mucho más fácil y que nos han apoyado en aquel momento difícil cuando lo veías todo negro y que te dieron un empujón cuando lo necesitabas… con estas personas me refiero a nuestras familias, que en cada caso serán o bien sus padres, hermanos, abuelos, tíos, primos… simplemente daros las gracias por vuestro apoyo y vuestra confianza.
Tampoco olvidar a nuestro amigos, tanto a los que teníamos antes de llegar aquí, como los que acabábamos de conocer, que han sido los que te han ayudado y apoyado cuando tenías tantas tareas que no sabias ni por cual empezar, los que te han animado cuando fallabas en alguna asignatura, los que te han aconsejado y pedido consejo en aquel momento de crisis, solo recordaros: “es muy difícil encontrar un buen amigo, más difícil todavía dejarlo, pero imposible olvidarlo”
Y no olvidarnos también de nuestros profesores, aquellos que nos exigían tanto, pero luego reflexionando aprendes que esas exigencias, nos hacen obtener lo mejor de nosotros y darnos cuenta realmente de lo que somos capaces de hacer, también recordar aquellos profesores que, aunque tuvimos únicamente una asignatura un año con ellos, te saludan por el pasillo y se paran a preguntarte que tal vas este año y como estas.
¡¡Un abrazo muy fuerte a todos y daros la enhorabuena a todos, que nos lo merecemos!! ¡¡Gracias y buenas tardes!!
María Mercedes Hueso APRENDE A ESCRIBIR
Y, ya en este instante, nos detenemos. Es el fin de una etapa, pero es el comienzo de una nueva. Tras todo lo que hemos pasado se abre una nueva puerta que indica que esto no se acaba aquí.
Y ahora comienza. Ha llegado la hora de poner nuestros conocimientos a prueba para este duro camino. Debemos de apoyarnos en los nuestros para seguir adelante. Es ahora cuando debemos de poner todas las cartas sobre la mesa y, aunque nos arriesguemos mucho, no por ello debe significar algo en lo que preocuparse seriamente. Solo queda dar el apoyo incondicional a todos y desearles lo mejor para este duro viaje. ¡Buena suerte!
Texto colectivo del grupo reelaborado y redactado por Raquel Jiménez Gutiérrez y donde han colaborado el grupo de redaccion, compuesto por alumnos de 1º de Bachillerato: Elena Moreno, Paula Delgado, Daniel Garcia, Victor Medina, Jose Muñoz, Alberto Mochón, Carmen Muñoz y Hugo Fuentes.