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Ramón Soto Porras

 

 

 

 

Dedicado a  RAMÓN SOTO PORRAS.

Profesor de Física y Química del I.E.S. ALBA LONGA (1990-2012)

EQ. DIR. 2000 ampl.

Equipo directivo curso 1999-2000: Secretario: Carlos Rivero Sutil. Jefa de Estudios: Mª Jesús León Sánchez. Director: Ramón Soto Porras. Vicedirector: Manuel López López

Curriculum Vitae in Alba Longa:

  • Fue miembro fundador del Primer Claustro de Profesores que inauguró el I.E.S. “Alba Longa” de Armilla en 1990.
  • Ejerció la profesión docente en el Depto. de Física y Química desde el 1 de octubre de 1990 hasta el 31 de agosto de 2012.
  • Ocupó el cargo de Jefe de Estudios:

Desde el 1 de julio de 1997 hasta el 30 de junio de 1999.

  • Ocupó los cargos de Director en dos ocasiones:

Desde el 1 de julio de 1999 hasta el 30 de junio de 2000.

Desde el 1 de julio de 2004 hasta el 30 de junio de 2005.

 

 El toreo callado de Ramón 

 

En Ramón no hace mella el tiempo, ni “le pasa como a higo”; pues hoy, igual que ayer, se nos muestra en plenitud, como si por él no fluyera, como si le venciera a su través con el arte mágico de su briega torera, y con la estampa fina y pinturera de su figura. Torero del tiempo, se entrega a los lances de lo último, acoplándose a la novedad con la suavidad de una manoletina, sin el aparatoso énfasis de la puerta gayola, alcanzando en sus lances postreros música para los ojos del alma y para el tercer oído, el del corazón, con el que escuchamos armonías superiores.

Como quien hace música callada, siempre está a la moda, en las algarabías aljamiadas que ya abandonó, aprovechando la ausencia del “olfateador de perlas finas”, Antonio Salinas, o en el inglés redondo y rubicundo de nuestro bilingüismo cotidiano, ese que hace perder el sueño y los nervios a los párvulos compañeros que se adentran por sus complejas sendas. Y así, asentado en la más actual novedad, entregándose a ella con esa pasión de adolescente que nunca le ha abandonado, echándole un pulso cotidiano al devorador Saturno hasta el postrer momento de su ejercicio profesional, ha logrando escaparse por la tangente o, mejor aún, por la puerta del príncipe, a la manera de un valiente “don Tancredo”, pero llevándose las dos orejas y el rabo.

Y, a pesar de que el toro tuviera los cuernos astifinos y corniveletos, el ceño fruncido, el hocico mohíno y el pelo negro-tizón y muy quemado, a la manera de una dirección inesperada y sobrevenida por la “espantá” anunciada de un equipo cansado, supo enfrentar la suerte con gallardos naturales y atrevidas chicuelinas hasta ceder, con arte de birlibirloque, el toro y el estoque al entonces novillero “León de Purullena”, ahora ya curtido matador pese a que aún no haya acabado la faena y siga ocupando en la briega el primer puesto del escalafón.

De las flores, el mirto; el vino, fino o tinto, pues, si es bueno, ¡qué más da!; la guitarra en bandolera, dispuesta para arrancar: la fiesta va a comenzar. Bailando sobre prado florido nuestro Ramón, torero sobre el albero de la “Alboreá” nos regala su secreto: la hilaridad, expresión tranquila y plácida del gozo y el más valioso tesoro del que todos pudimos gozar: la alegría de su amistad.

José Antonio Glez. Núñez