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Despedida de Juan Manuel Navajas Padilla

 

 

 

 

Dedicado a  JUAN MANUEL NAVAJAS PADILLA.

Profesor de Geografía e Historia del I.E.S. ALBA LONGA (1990-2004)

[Discurso fechado el 21-12-2004]

Son muchas despedidas en tan poco tiempo y, como en la Enseñanza tenemos que estar innovando constantemente, voy esta vez a emular a José Antonio y no voy a leer ningún papel, sólo alguna chuletilla. Así consigo de paso ser más breve.

Más que una semblanza de Juan, voy a trasladaros unas imágenes que tengo en mi retina con cierto sentido del humor, dejando un poco al margen lo profesional, y centrándome más en el lado humano. La vida es un conjunto de vivencias y sensaciones, y yo os voy a relatar algunas de ellas, que han quedado grabadas en mi memoria.

Juan Manuel Navajas Padilla

Juan Manuel Navajas Padilla

Lo primero es expresar un sentimiento de gratitud que tengo ante todos los que por algún motivo han colaborado conmigo en tareas de organización del Centro. Esta sensación creo que es compartida por todos los que han tenido que aglutinar alguna vez un Equipo Directivo. En tu caso, Juan, siempre que he necesitado tu colaboración, la he tenido. En los tiempos que corren, eso es de agradecer, y quiero destacar que además has cumplido las diversas tareas encomendadas con total fiabilidad y profesionalidad. Recordemos esa tarea ingrata de crear el inventario del Centro, que llevaste a cabo de manera ejemplar.

Si tuviera que definir a Juan diría que es un hombre afable, optimista, con mucho sentido del humor, y siempre con actitudes positivas ante la vida. Os recuerdo que Juan vino hace ya 15 años al Centro con su afabilidad, gracejo y sentimiento cordobés, en el curso 1989-90. Ese año la comida de Navidad la hicimos en el restaurante El Sevillano de Gójar, y a los postres, Juan se descubrió como un espectacular bailaor, marcándose un pedazo de pasodoble con Mª del Mar, una de las limpiadoras del Centro, que aún sigue con nosotros y que, a partir de esa fecha, cuando terminaban los postres desaparecía del comedor.

Además, añadiré que Juan ha sido un adelantado a su tiempo, por ejemplo, en lo referente a la LOGSE, en los temas transversales: ahí estaba Juan con sus Seguros por la tarde y los mantecados en Navidad, promocionando los productos de Rute.

Si de compartir se trata, os diré que recuerdo esas tardes del Día de la Cruz, cuando el Centro participaba en los concursos de cruces, y nos tomábamos con él en el bar unas cervezas con esa ensaladilla rusa del Suizo tan rica y ese camarero tan profesional atendiendo. Y, aunque la canción dice “Viva el vino y las mujeres”, mujeres no hemos compartido ninguna, pero vino sí. Y ¡qué vinos nos hemos tomado juntos! Por ejemplo, un Vega Sicilia único de 1963 y algún Muga Gran Reserva del 70: estas cosas no se olvidan, perduran en el tiempo.

Tenéis que conocer además que Juan Manuel Navajas Padilla ha estado cobrando sueldo y medio durante todos los años que ha estado con nosotros: el medio venía, y viene, de las olivas que tiene en Rute; porque, aunque no lo parezca, Juan es un terrateniente, con un cortijo de los de antes, con cuadras, granero, molino y unas collejas a los pies de los olivos, que en tortillas están supermegamegabuenas. Por cierto, todavía me acuerdo de la paella que nos comimos en el cortijo entre más de 200 personas.

 En fin, tengo como todos vosotros un sinfín de sentimientos comunes con Juan, que harán que su recuerdo permanezca entre nosotros, aunque esperamos todos seguir viéndote por el Centro y en Navidad volver a probar ese licor de cerezas de Rute.

 

José Ángel Gallardo San Salvador.